Signos y síntomas
- Dolor o inflamación dónde se localiza el tumor. El dolor no es necesariamente permanente. Puede aparecer y desaparecer al principio y llegar a ser más severo y constante con el tiempo. Con el movimiento, el dolor podría llegar a ser peor e inflamar el tejido blando de alrededor.
- Inflamación articular y rigidez: Un tumor cerca o en la propia articulación podría causar inflamación y conllevar fragilidad ó rigidez. Esto limita los movimientos y los hace dolorosos.
- Cojera: El tumor puede romper o fracturar el hueso lo que conllevaría a un tratamiento más urgente. Si no se diagnostica y se trata como una simple fractura, puede llegar a producir cojera y fracturas posteriores.
- Raramente, la gente con cáncer de hueso puede llegar a tener síntomas como fiebre, malestar general, pérdida de peso y anemia, que es un nivel bajo de glóbulos rojos.
Los sarcomas óseos son a menudo difícil de reconocer como malignos, por los médicos clínicos, radiólogos, y anatomopatólogos. Una simple radiografía podría no identificar el tumor a ojos de un inexperto, aunque puede surgir la sospecha. Por tanto, todos los pacientes con sospecha de un tumor maligno de hueso deberían ser remitidos a un centro de referencia o a una institución perteneciente a una red especializada en sarcomas, antes de realizarse una biopsia. Las biopsias no deben de ser llevadas a cabo por un cirujano que no trate habitualmente ese tipo de tumores.